viernes, 22 de octubre de 2010

Freud y la guerra



Viena, 28 de diciembre de 1914
Distinguido colega:
Esta guerra hace que me atreva a recordarle dos tesis sustentadas por el psicoanálisis que indudablemente han contribuido a su impopularidad.
Partiendo del estudio de los sueños y las acciones fallidas que se observan en personas normales, así como de los síntomas de los neuróticos, el psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos, salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus individuos sino que persisten, aunque reprimidos, en el inconciente (para emplear el término de nuestro lenguaje), y que esperan las ocasiones propicias para desarrollar su actividad. Nos ha enseñado también que nuestro intelecto es una cosa débil y dependiente, juguete e instrumento de nuestras inclinaciones pulsionales y afectos, y que todos nos vemos forzados a actuar inteligente o tontamente según lo que nos ordenan nuestras actitudes [emocionales] y resistencias internas.
Ahora bien, si repara usted en lo que está ocurriendo en esta guerra -las crueldades e injusticias causadas por las naciones más civilizadas, el diferente criterio con que juzgan sus propias mentiras e iniquidades y las de sus enemigos, la pérdida generalizada de toda visión clara de las cosas-, tendrá que confesar que el psicoanálisis ha acertado en esas dos tesis.
Es posible que no haya sido totalmente original en ello; son muchos los pensadores y los estudiosos de lo humano que han formulado afirmaciones semejantes a estas; pero nuestra ciencia las ha elaborado detalladamente, empleándolas a la vez para descifrar muchos enigmas de la psicología.
Confío en que volveremos a vernos en tiempos mejores. Suyo cordialísimo,
Sigmund Freud
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Sigmund Freud siendo el padre del psicoanálisis, estudiando lo profunda que es la mente del ser humano en cuanto a las fuerzas y relaciones que este ejerce a lo largo de su desarrollo se encuentra con un choque totalmente radical para su mente, lo cual fue la primera guerra mundial, fue este un momento decisivo en su vida y que peor forma que empezar con esta pesadilla que sus dos hijos fueran enrolados para pelear en esta guerra. 

Al paso de está Freud no podía creer el lado obscuro y la maldad del ser humano no daba pie a tanta atrocidad cometida por este através del inconciente, miles de muertos es lo que dejaba a su paso el potencial agresivo del hombre, que caso tenía para el haberlo estudiado y comprendido si todo quedaba reducido a la nada al tratar de explicar acciones primitivas que como el dijo se siguen y se seguirán repitiendo en el ser humano mientras existan diferencias entre dos bandos.
El llegó a hacer un publicado en donde explicaba al humano más allá del instinto del placer, tenemos un instinto mortal tanatos el cual es un impulso destructivo, y por otra parte tenemos a Eros el cual es el impulso constructivo, pero sabía que no podía explicar nada al observar las conductas de los hombres en aquella época a lo que se remitió a decir que:
 “el hombre se destruye así mismo cuando se le deja libre”
Padilla Aragón Froy Iván.

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