viernes, 22 de octubre de 2010

Por un mundo mejor. #ayajaa


Orgulloso vencedor de los elementos, dueño de la desintegración de la materia (el hombre) es hoy presa de un verdadero pánico frente a sus propios descubrimientos: la bomba atómica ha planteado la cuestión de los destinos humanos. Aplastado por una civilización puramente técnica que, habiéndose apartado de toda vida especulativa, no puede conducir más que a la nada, domesticado por el Estado colectivista, el hombre tiene miedo de un desorden total que su inteligencia no alcanza ya a dominar.  Pero lo que el hombre del siglo XX, que se siente juguete de formas ocultas, teme más que nada, es la comprobación lúcida de su propia desesperación.
Desde hace dos siglos, la razón se ha convertido en racionalismo y la ciencia en idolatría, y el hombre contraviene el plan divino.  A ese desprecio de una soberanía ordenadora ha correspondido el culto al ‘progreso’, después la adoración de sus fetiches ‘rendimiento’ y ‘cantidad’; una civilización en extremo mecanizada no tiene otro objetivo que el máximo disfrute. Los resultados son evidentes; envilecimiento espiritual y moral del mundo, voluntad de potencia, corruoción de los regímenes fundados solamente en la fuerza, horror y degradación del ser humano en los campos totalitarios de concentración.  Debido a que su pensamiento no era más que utilitario y su técnica no tenía alma, el hombre moderno se ha hundido en la mentira y todavía ha caído más bajo, hasta llegar a la tortura infligida científicamente a un enemigo a quien de antemano se ha esforzado en envilecer.
Recordamos la terrorífica experiencia de Bikini, la nueva bomba atómica, que manifestó la grandiosidad de un genio capaz de arrancar a la naturaleza sus secretos, tanto los más fecundos como los más temibles.  Bikini reflejó, a la vez, la maravilla del hombre, salido de las manos del Creador, y la quiebra de una razón desviada por el antropocentrismo, que, por haber perdido el sentido del origen y de su destino, corre el riesgo de provocar el aniquilamiento de todas sus conquistas y de consumar al mismo tiempo su propia negación.  El verdadero mensaje de Bikini e sin duda “el mundo unido o el Otro Mundo”, es sobre todo el retorno al verdadero humanismo, ordenado en la ley del Evangelio, respetuoso con el orden universal. El secreto de la liberación humana y de la salvación de la civilización reside en una conversión espiritual; la paz, la tranquilidad del orden, surgirán de ella como el fruto sal de la flor.
Eugène Theodor Rimli

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El ser humano como lo veíamos en la lectura anterior de Freud es un ser que tiende a autodestruirse, socialmente siempre ha sido a si, no le a bastado la destrucción que deja a su paso las guerras la deshumanización que se crea con esta, no le basto con presenciar dos guerras mundiales que provocaron un retroceso tan grande a la humanidad, la percepción del hombre cambio radicalmente, donde quedó lo civilizado del ser, no obtuvimos nada y al contrario perdimos demasiado.

Cuando el ser humano dejo de ser eso que le da su nombre científico ser humano para convertirse en un animal, la comunidad científica aun consiente de las consecuencias que ocasionaría crear una bomba atómica no dejo de buscar e investigar a fondo para crear esta y no por que hayan sido obligados, todos ellos antes de las guerras compartían un mismo común denominador el cual era la ciencia el progreso el avance, no la autodestrucción, lo que los orilló a este fue nada menos que la avaricia por ser los primeros en obtener resultados precisos sobre crear una bomba atómica, los cegó totalmente la ambición cayó en un juego muy profundo y que ironía ocurre a todo esto, el mayor exponente de la física el genio carismático, el  aportador de la base para darle sentido a tu vida através del estudio del universo, si aquel que salio huyendo como un cobarde antes que defender su patria Einstein termino creando la bomba atómica después de haber presenciado como la historia exterminaba a  los suyos.
No cabe duda que aunque la mayoría busque paz por unos cuantos tenga que existir guerras que no hacen mas que arrastrarnos lentamente a una inminente destrucción de todo lo que conocemos.
Padilla Aragón Froy Iván.

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